2015/11/06
Las ikastolas nacieron gracias a la valentía, el esfuerzo y la ilusión de un grupo de personas que vieron claro que la supervivencia del euskera en Navarra se jugaba en las escuelas. Su puesta en marcha modernizó y revolucionó la enseñanza de la época. Y es que estos centros fueron un referente en innovación desde sus inicios, hace ahora medio siglo. Apostaron por la enseñanza mixta cuando nadie lo hacía, impulsaron un sistema de gestión cooperativo, con las familias como protagonistas, y situaron al euskera y a la cultura vasca en el centro de la educación. "Las ikastolas nunca han tenido el viento a favor. No han andado por autovías sino por estrechos caminos y pese a todo nadie ha tirado la toalla. Siempre se ha mirado hacia adelante, y gracias a muchas personas las ikastolas son hoy un modelo educativo exitoso, de calidad contrastada y con una enorme fuerza interna", aseguró ayer el periodista y expresidente de San Fermin ikastola, Fermin Erbiti, autor del libro La realidad de un sueño (y su versión en euskera Ametsa Egia). "Porque los sueños pueden convertirse en realidad y esta es la mejor lección de estos 50 años de existencia de las ikastolas navarras", remarcó.
Acompañado del director de la Federación Navarra de Ikastolas, Josu Reparaz, el periodista pamplonés ofreció algunas pinceladas de una obra que relata la trayectoria de las ikastolas navarras. Se trata de un libro conmemorativo del 50 aniversario de un movimiento, el de las ikastolas, lleno de nombres propios, testimonios y anécdotas, que arranca a finales del siglo XIX con la Asociación Euskara, que vio florecer sus primeros frutos en los años de la República con el nacimiento de las tres escuelas vascas, e incluso durante la dictadura tuvo, como dijo Erbiti, "rayos de luz" que sirvieron de acicate para que un grupo de euskaltzales lograran abrir la primera ikastola, Uxue, el 23 de octubre de 1965.
A partir de entonces, el movimiento ikastola fue imparable. En Navarra llegó a haber 40 centros (muchos solo hasta los 6 años), según recordó Erbiti, y desde hace varias décadas existen quince ikastolas distribuidas a lo largo y ancho de la geografía foral. "Cada una de ellas tiene un capítulo en el libro donde se recuerdan sus datos principales, trayectoria y un reportaje con fotos y un testimonio de un miembro de la ikastola", explicó Erbiti.
Antecedentes
La Asociación Euskara de Campion y las tres escuelas vascas
La primera ikastola celebra este año su 50 cumpleaños, sin embargo, para entender su nacimiento hay que remontarse a finales del XIX. En este siglo, tal y como recuerda Erbiti en el libro, el euskera tuvo una gran pérdida territorial. En pocos años desapareció de la zona media para refugiarse en el norte. Ante esta situación un grupo de intelectuales, entre los que destacan Arturo Campion, Florencio Ansoleaga o Juan Iturralde y Suit, impulsaron la Asociación Euskara de Navarra/Nafarroako Euskara Elkargoa. Su filosofía, su esfuerzo por mantener la lengua vasca, especialmente en Pamplona, inspiró a quienes le sucedieron.
El precedente de las actuales ikastolas son las denominadas escuelas vascas, que nacieron en la década de los años 30. La primera, en 1931, se puso en marcha en la avenida Carlos III de Pamplona y supuso una revolución pedagógica. Por un lado, reza el libro, "por el tratamiento al euskara y la cultura vasca pero además porque los niños y niñas estudiaban juntos". Para el segundo año aumentó notablemente el alumnado por lo que hubo que contratar a tres maestras más que ayudaron a Maite Saizar e iniciar la búsqueda de un nuevo local.
Siguiendo el modelo de la capital, en 1933 se creó en Estella un patronato para impulsar primero y dirigir después la ikastola. La joven de Leitza Petra Azpiroz se convirtió en la andereño de este centro, situado en un local de la plaza de los Fueros. Por último, en 1935 y de la mano de la maestra Pilare Alba, nació la escuela vasca en Elizondo. Los tres centros desaparecieron el 18 de julio del 36.
El Franquismo
Apoyo de la Diputación, de la nonata Irantzu y a la pionera Uxue
La sublevación de 1936 cortó de raíz todas las iniciativas para potenciar la lengua vasca. Sin embargo, en medio de este ambiente, recuerda Erbiti en su libro, "hubo un motivo para la esperanza en lo referente a la enseñanza de la lengua y, en concreto, en la dirigida a adultas". La Academia del Euskera creada por la Diputación en 1950 y la sección a favor del euskera creada en la Institución Príncipe de Viana cuatro años después fueron, en opinión del periodista, "los dos rayos de luz en la larga noche del franquismo". Ambas, sobre todo la segunda, fueron imprescindibles en la creación de las ikastolas. Y en concreto el médico Pedro Díez de Ulzurrun realizó una gran labor de impulso del euskara.
La primera ikastola que surgió en Navarra después de la guerra tomó el nombre de Irantzu, "un centro de tan efímera vida que, en realidad, no llegó a ponerse en marcha ya que fue cerrado por el gobernador el mismo día que estaba prevista su apertura, el 15 de octubre de 1963". Mejor suerte corrió Uxue ikastola que, gracias al aval de la Sociedad de Amigos del País, abrió sus puertas el 23 de octubre de 1965, hace ahora medio siglo. La primera sede de aquella ikastola fue la de la sociedad, un piso en la calle Pozoblanco. Comenzó con 4 alumnos y la maestra Mikela Gastesi y cinco años después superaron los 300.
En 1970 tuvo lugar la escisión. Los favorables de romper relaciones con los Amigos del País, impulsados por Jorge Cortés-Izal, crearon San Fermin ikastola y arrastraron a 270 alumnos y seis docentes. Los otros 37 escolares y cinco docentes se quedaron al amparo de esa asociación y promovieron Paz de Ziganda.
Presente y futuro
Quince ikastolas, un modelo consolidado y avalado por la sociedad
De Uxue ikastola surgieron las dos ikastolas más grandes de Navarra: San Fermin y Paz de Ziganda. Pero un año antes, en 1969, echaron a andar los centros de Etxarri y Tafalla. En 1970 se crearon las de Estella y Baztan, en 1971 la de Alsasua y tres años después tomaron el testigo las de Bera y Lesaka. Entre finales de los 70 y comienzos de los 80 se crearon las de Sangüesa, Viana, Jaso (Pamplona), Lumbier y Tudela, y la quincena se completa con la de Lodosa, que data de 2001. "Son centros de calidad, que sitúan al alumno en el centro de la enseñanza, apuestan por el plurilingüismo, la innovación y valores como la solidaridad, la ecología y la tolerancia", destacó Erbiti. En esta misma línea, el director de la federación, Josu Reparaz, recordó que las ikastolas fueron "pioneras" a nivel pedagógico, lingüístico, en el sistema de gestión y en impulsar la educación mixta. "Somos una iniciativa consolidada, que tiene un lugar en la sociedad".
El libro
"La realidad de un sueño/Ametsa egia" Su autor es Fermín Erbiti y está editado por Elkar.
25 euros
El libro está a la venta en las ikastolas, en la federación, en la tienda del Oinez, Elkar y Abárzuza.
Actos programados
Mañana sábado: marcha ciclista popular y concierto de despedida de Oskorri. A las 9.30 horas saldrán dos marchas, una desde Paz de Ziganda y otra desde San Fermin, que se reunirán a las 10.15 horas en la plaza del Ayuntamiento, donde les recibirá la concejala Maider Beloki. Después las dos marchas irán a Jaso donde habrá deporte rural, hinchables y aperitivo. A las 19.45 horas, Baluarte acogerá el último concierto de Oskorri.
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